viernes, 5 de febrero de 2010


Alguien cambió el sentido, o alguienes.
O fue una interpretación errónea.
¿Qué sucedería si cambiamos dentro del modelo capitalista, el sentido del término bien desde la premisa de éxito en su concepción de acumulación de capital por la de acciones que beneficien al espíritu?
Quien posea más estímulos espirituales más rico será y más afortunados los terceros. Cuantas más acciones de bien se generen, aumentará el bienestar del individuo y del grupo.
Depende de la interpretación de nuestras palabras y de la acción en consecuencia.

Primeros Dias


Sonidos continuos con aroma a vos en la quietud de luces y sombras.Busco el pezón que se aleja, busco el calor.Acto reflejo es mi llanto.El arrullo suave trae nuevamente tu leche que me adormece tiernamente.Te amo.Puro y simple.

jueves, 10 de diciembre de 2009

hambre

palabras que tan solo letras,

callan mostrando el silencio que ocultan

o no se atreven y se escriben y se borran

sólo palabras,

no necesarias para el hambre de miradas silenciosas.

sábado, 14 de noviembre de 2009

boletos


Transcurre una hora entre idas y vueltas buscando la parada. Alguna huella o indicio ,tal vez un desgarrado cartel atado a un tronco de árbol indique que la linea de aquel colectivo recorre esa calle.
Gente que contesta sin saber, que supone, que deduce,o que rasca su cuero cabelludo con la expresión del gorila mas ignorante.
La señalización por esta parte de la tierra no es algo que atraiga a los políticos de turno.
De un lado a otro busca con la mirada en ciertos postes.
Dificultosa incógnita a demistificar cuando se llega a una ciudad, es el pago del medio de transporte local. Tarjetas, fichas, tickets, o maquinilla dentro del vehiculo que marca según los km. a recorrer el valor del pasaje.
Suele suceder que la tarjeta cargada se desmagnetice, se raye y no funcione, se rompa o se haya consumido por el uso por lo cual a modo de limoznero se peticionará a algún pasajero piadoso que saque del apuro a quien estira la mano con cara de circunstancia. A veces, a la maquinita no le apetecen ciertas monedas, que ingresan por su boca y las escupe una y otra vez emputecida.
El pasajero aprende de equilibrio y de superstición a medida que se familiariza con la tecnología de estos medios de transporte. Las tarjetas serán frotadas más de una vez contra el pecho con alguna esperanza de que funcione, mientras el rezo interno de quien debe llegar a horario sin mas dinero que el cargado en aquel minúsculo plástico , en situaciones en que por minutos dependerá en cuerpo y alma del ánimo del conductor por acercarlo a destino.
El negocio por la venta millonaria de tickets, pasajes, nos excede en imaginario.
Los nostálgicos boletos que ya no cobra el chofer de amable y con cierto aire de autoridad,han perdido su carisma.
Cálidos recuerdos de subír los tres altos escalones , con la monedita de diez centavos en el bolsillo esperando el boleto bicolor, al salir de la escuela con guardapolvo y el maletín marrón lleno de libros escolares (y no cargado de fotocopias).